La nueva pantalla
Fotógrafo, director de cine e inventor español. Cursó sus estudios en el Colegio Santa María Egipciaca, cuyo médico era su abuelo y, con tan solo diez años, manifestó su vocación al realizar lo que llamó “el primer underground español de protesta” con proyecciones de dibujos criticando el sistema educativo de la época en el Colegio de los Padres Escolapios. Aún muy joven, en 1921, marchó a París para intentar realizar una lente de ángulo de campo variable en distintos establecimientos de óptica para acercar y alejar de forma continua y voluntaria los objetos. Inspirado en Washington Irving, que miraba a través de unos anteojos para escribir los ‘Cuentos de la Alhambra’, creó un objetivo de distancia focal variable, que fue un antecedente del zoom.
Tras trabajar en un concesionario de automóviles en Granada, adquirió un equipo cinematográfico de segunda mano con el que filmó su película ‘En un rincón de Andalucía’, protagonizada por una muchacha ciega. En 1928, empezó a trabajar con el director de cine Florián Rey, a quien aportó nuevas ideas y avances técnicas dentro del panorama audiovisual. Sus inquietudes estéticas estaban sujetas por los místicos San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. En 1932, participó en el Patronato de Misiones Pedagógicas, donde fue muy útil el cine en formato de dieciséis milímetros y la fotografía para ilustrar la ‘Cultura de sangre’ allá por donde pasaban. Durante la Guerra Civil, elaboró la iconografía de la Cartilla Escolar Antifascista.
Tras la contienda, creó el primer sistema de filodifusión y fundó en la ciudad de Valencia la emisora Radio Mediterráneo. En 1941, inició el primer Servicio de Efectos Especiales en los Estudios Cinematográficos en Madrid. Durante la década de los cuarenta, también materializó el primer registro estereofónico magnético con ‘El amor brujo’ de Manuel de Falla y creó el primer laboratorio experimental de electroacústica de Radio Nacional de España. Creó el Servicio Audiovisual de Auditorio en el Instituto de Cultura Hispánica y, ya en los cincuenta, alcanzó a controlar automáticamente luminotecnia, olor y llamas.
En 1961, su película ‘El páramo del espanto’ fue premiada en el Festival de Cannes, donde no dejó a nadie indiferente. Aunque sus filmes eran muy sencillos tanto en técnica como lenguaje, siguen siendo muy admirados y valorados actualmente por su sorprendente estética. En México, fue galardonado con el primer premio a la poética cinematográfica por ‘Fuego en Castilla’ e hizo aportaciones a la televisión del país como la del sistema para copias de dieciséis milímetros de Kinescopio y un procedimiento para comprimir electrónicamente las cintas.
Continuó desarrollando nuevos formatos visuales para Televisión Española en Prado del Rey. En su última etapa, creó una revolución plástica de las imágenes estáticas como elemento de comunicación e inventó instrumentos como el adiscopio y el enoscopio. Falleció en un accidente de tráfico, en agosto de 1982.