Proyecto Atalaya

José Caballero

Huelva, 1915 – Madrid, 1991

La poesía dibujada

Pintor español del siglo XX. Nacido en el seno de una familia acomodada de la sociedad onubense, estudió en el colegio de los Padres Agustinos y en el Instituto de Huelva. Se formó en la Academia de Bellas Artes de Huelva, de la mano del maestro malagueño José Fernández Alvarado. En dicho ambiente, coincidiría con otros artistas de proyección nacional, como Ramón Pontones, Manuel Moreno Díaz o José Pablo Martínez Coto. En su adolescencia, ya se vislumbraba su talento en el dibujo, cargado de precisión y sensibilidad, así como en la pintura, con rasgos vanguardistas, surrealistas e incluso cubistas.

En 1929, se trasladó a Madrid para estudiar Ingeniería Industrial, carrera que pronto abandonaría para iniciar los estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el taller del pintor de Nerva Daniel Vázquez Díaz. Colaboró activamente en el taller experimental de La Barraca, donde coincidiría a sus admirados Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti o José Bergamín y demás personalidades que residían en el Madrid republicano. En esta época, crearía ilustraciones para el ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ y los decorados de ‘Bodas de sangre’ de Lorca, así como para la revista Caballo Verde para la Poesía, dirigida por Pablo Neruda.

En las exposiciones del Ateneo Popular de Huelva, mostró su indudable capacidad artística. La primera contó con retratos a sepia y lápiz, con un rotundo éxito. En la segunda, una colectiva titulada ‘Semana arte nuevo’, reunió obras de Federico García Lorca, Pepe de la Puente, Carlos Fernández Valdemoro, Pablo Gener y el propio Caballero. Durante la Guerra Civil, su amistad con Manuel de la Corte le libró de su pasado republicano. En aquellos años, promovió la compañía La Tarumba junto a los poetas Jesús Arcensio y Rafael Manzano, el dibujante José Romero Escassi, el músico Emilio Molero y el director Luis Escobar. Junto a ellos, recorrieron buena parte de España con su teatro clásico español. En Burgos compondría magníficas ilustraciones para la revista Vértice y el libro de Rafael García Serrano titulado ‘Eugenio o la proclamación de la primavera’.

Tras la guerra, dejó de lado la pintura para dedicarse mayormente al teatro, el cine y la publicidad. Sus pocas obras en esos años, aún seguían denotando su estilo surrealista y de corte daliniano, con deformaciones de aires cubistas. En los años cincuenta, su pintura evolucionó a una síntesis plástica, como en ‘Homenaje a Zurbarán’ o ‘Sangre en la barrera’. Tras viajar a Oriente en 1966, continuó transformándose a una obra presidida por el signo y la caligrafía, rozando los límites de la abstracción.

A lo largo de su vida, fue galardonado con, entre otros, el Premio de la Crítica en la International Exhibition of Art de Londres, el Premio Nacional de Artes Plásticas y Premio Artes Plásticas Cultura Andaluza. Sus cuadros son conservados en reconocidos museos y fundaciones, como el Reina Sofía de Madrid, el Tamayo de México, el de Arte Moderno de Buenos Aires o el Chase Manhattan de Nueva York.

En detalle:
· Fue un pintor esencialmente surrealista, con un universo de símbolos concretos como la luna, el sol y el mar y una condición fundamentalmente onírica.

· Ilustró poemas para autores de la talla de Federico García Lorca y Pablo Neruda.

· Desde los años cincuenta, su obra es una obligada referencia por su calidad y su instinto devorador, en una España que sueña con la libertad de creación.

· Fundó el grupo artístico Ruedo Ibérico para reivindicar la experimentación en el arte, organizando importantes exposiciones nacionales e internacionales.

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