Maestro del mural
Pintor español, perteneciente a una sencilla familia de ocho hermanos, cuyo padre trabajaba en las minas del pueblo de Linares. Desde muy pequeño se interesó por todo lo relacionado con el mundo del arte, iniciándose en la academia del profesor de dibujo Agustín González, quien lo introdujo en ese aprendizaje. En paralelo a su formación académica, estudió Maestría Industrial y trabajó en un estudio de fotografía local, doce retocaba y coloreaba diferentes instantáneas según el estilo de aquella época.
En 1946, se trasladó a Madrid, continuando su formación artística en el estudio del restaurador quesadeño Rafael Hidalgo de Caviedes. Entre 1947 y 1952, cursó estudios superiores en la Escuela Central de Bellas Artes de Madrid, donde ganó hasta ocho premios extraordinarios, así como el accésit al Premio Nacional Fin de Carrera de Bellas Artes. En Madrid cultivaría el género del retrato para, posteriormente, viajar a Francia e Italia en las décadas de los cincuenta y sesenta. Regresó a Linares en 1954, centrando su actividad en realización de grandes composiciones murales, en las que emplearía materiales como la terracota, la cerámica, el mosaico y el hierro forjado.
Ese mismo año fue nombrado Catedrático de Enseñanza Media en el Instituto de Linares, continuando su labor docente en la capital jiennense hasta 1964, momento en que obtuvo por oposición la Cátedra de Dibujo y Ropajes en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Allí continuaría como profesor hasta 1998, fecha de su jubilación. Continuó viviendo en la ciudad del Turia hasta su fallecimiento, en 2006.
La obra de Francisco Baños es muy numerosa, encontrándose repartida por toda la geografía nacional e internacional. En 2004, el Museo Provincial de Jaén albergó la irrepetible exposición titulada ‘Baños. La ley de la buena forma’, en la que se mostraron un total de ciento treinta pinturas y dibujos que permitieron valorar su labor pictórica. El linarense dominaba perfectamente la composición, aportando un denso contenido, tanto en su temática alegórico-simbólica como en todos sus aspectos formales. En sus murales, destaca la distribución de la luz y los espacios en función del tema tratado para explicar el relato, así como el estudio de la anatomía y la fortaleza del color.