Proyecto Atalaya

El Lebrijano

Lebrija (Sevilla), 1941 - Sevilla, 2016

Flamenco abierto

Juan Peña Fernández, músico y cantaor flamenco, miembro de la familia gitana Perrate de Lebrija. Comenzó muy joven en el mundo del espectáculo, compaginando el cante con el toque de la guitarra. Debutó como guitarrista de la Paquera de Jerez a comienzos de los años cincuenta, pero su triunfo en el concurso de Mairena del Alcor en 1964 le hizo dedicarse exclusivamente al cante. Uno de sus primeros trabajos fue junto al bailaor Antonio Gades, en cuya compañía estuvo varios años cantando como acompañamiento a su baile.

Desde muy joven, se le presentó la oportunidad de grabar un buen número de sencillos que serían recopilados en tres discos a finales de la década de los setenta. En 1979, le fue otorgado el Premio Nacional de Cante por la Cátedra de Flamencología de Jerez. Poco a poco fue destacando por su afán renovador dentro del flamenco, como bien puede escucharse en ‘La palabra de Dios a un gitano’, trabajo con el que llevó por primera vez el mundo sinfónico a tan inmóvil género por aquel entonces. De sus primeros discos, destaca ‘Persecución’, una obra rompedora que narra la historia de los gitanos en España a través de las letras del poeta emeritense Félix Grande.

A lo largo y ancho de su carrera, ha sido acompañado a la guitarra por artistas como Niño Ricardo, Manolo Sanlúcar, Juan Habichuela o David Peña ‘Dorantes’, sobrino de El Lebrijano. Muy influenciado en sus inicios por la maestría de Antonio Mairena, su inquietud artística siguió llevándolo a buscar nuevos horizontes para introducir toques de otras culturas. Así quedó patente en el disco ‘Encuentros’, donde redescubrió las raíces árabes del flamenco junto a la Orquesta Andalusí de Tánger. Siguió profundizando en esta línea en trabajos como ‘Casablanca’ o ‘Puertas abiertas’, donde colaboró con el violinista marroquí Faiçal. Ya fuese con la recreación de estilos perdidos o con aproximaciones a otros lenguajes, abanderó el cambio de rumbo que el flamenco tomó a partir de los años setenta.

Fue el primer cantaor que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid en 1979 y que realizó una visión didáctica con la que recorrió por todas las universidades andaluzas en los años 1993 y 1994. En 1997, el Ministerio de Cultura le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Su álbum ‘Cuando Lebrijano canta, se moja el agua’ procede de la frase que le dedicó el premio Nobel Gabriel García Márquez, cuyos ‘Cuentos peregrinos’ inspiraron al poeta onubense Casto Márquez Ronchel a crear las letras del mismo. Por su parte, se quejó de la falta de interés de la juventud flamenca en beber de las viejas fuentes, tal y como él hizo durante toda su carrera.

En 2014, se celebró una gala en su honor como clausura de la XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla. Falleció en su casa de Sevilla en julio de 2016 por una dolencia cardíaca de la que fue operado en múltiples ocasiones.

En detalle:
· Heredero de la tradición, pero también renovador, era un artista que dominaba la búsqueda de nuevos estilos y formas.

· Grabó trabajos discográficos que se convirtieron en hitos del flamenco, como 'La palabra de Dios a un gitano' y 'Persecución'.

· Creó las galeras, un nuevo palo del flamenco basado en las tradicionales bulerías.

· Tenía especial devoción a la imagen del Ecce Homo de su pueblo, titular de la hermandad de Los Gitanos.

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