Damien Jurado escribe e interpreta sus canciones con las entrañas y el corazón. Su folk rock está tejido con historias pegadas a la realidad que él transfigura con una profundidad cavernosa. “Caught in the the trees” (2008) es, paradójicamente, su mejor disco. Y la paradoja viene porque el largo está inspirado en el divorcio de su mujer con la que estuvo casado 17 años, al igual que hiciera Dylan con su Blood on the tracks. La comparación no le viene grande a Jurado porque en su espléndido disco también encontramos un completo catálogo de emociones metabolizadas en un racimo de canciones envenenadas por el dolor. Grande, muy grande Damien Jurado.