Proyecto Atalaya

Ricardo Molina

Puente Genil (Córdoba), 1916 – Córdoba, 1968

Lírica de posguerra

Poeta y ensayista español, miembro del grupo de la revista Cántico. También fue un estudioso del cante flamenco, investigando en este ámbito bajo el pseudónimo de Eugenio Solís. Nacido dentro de una familia de pequeños industriales, pronto se trasladarían a la capital cordobesa para prosperar en sus negocios. Pronto se interesó por la cultura y literatura; sus padres lo matricularon en varios centros de enseñanza privada y acabó el bachillerato en 1934. Obtuvo el título de licenciado en la sección de Historia de Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, como alumno libre, en 1940.

Desde muy joven se inició en el mundo de la escritura, publicando en 1945 ‘El río de los ángeles’, aunque no tendría apenas repercusión en los medios literarios y críticos. En 1947, fundó la revista Cántico, que la formaban un grupo de poetas enmarcados entre la Primera generación de posguerra y la Generación del 50. El año siguiente, publicaría ‘Tres poemas’, que recogía versos pertenecientes a la crisis religiosa sufrida por el pontanense en 1945, y ‘Elegías de Sandua’, un poemario cargado de sensibilidad y belleza, considerado como uno de los mejores de la época literaria. Se presentó en dos ocasiones al Premio Adonáis de Poesía: la primera vez, con ‘La estrella de ajenjo’, no tuvo suerte, pero en 1949 lo conseguiría con ‘Corimbo’.

Aunque Molina nunca dejó de escribir, mayormente para Cántico, se le impuso un silencio injusto hasta la publicación de la ‘Elegía de Medina Azahara’ en 1957, un poemario grave, meditativo y depurado que sería la base de un nuevo estilo para el autor. En esos años, no pudo conseguir el Premio Bienal de Sevilla, al que se presentaba con ‘A la luz de cada día’, ni el Premio Nacional de Poesía de 1966. Un año más tarde, el editor malagueño colaboraría para que viese la luz su tratado literario ‘La casa’. Durante esos largos períodos de ausencia lírica, se dedicaría a varias de sus grandes pasiones: el ensayo, la prosa y el flamenco.

Se dedicó toda su vida a la enseñanza, recorriendo como profesor diferentes localidades de Andalucía. Tras varios intentos por aprobar unas oposiciones que le dieran estabilidad económica, consiguió la tan ansiada plaza de agregado de Lengua y Literatura Española en el Instituto Séneca de Córdoba en 1966. Pero su salud ya estaba muy debilitada y, en la primavera de 1967, sus dolencias cardíacas le encerraron y le postraron en la cama. Murió en enero de 1968, después de algunos años de maltrecha salud.

Aunque un sector de la crítica literaria del momento no reconociera su trabajo, Ricardo Molina podría ser considerado como uno de los poetas más interesantes de la posguerra española en Lengua Castellana. Su arduo trabajo en Cántico, a la que dedicó un trabajo encomiable, así como su personalidad contradictoria y conflictiva, y su amplia cultura humanista, justifican su importancia en la literatura española.

En detalle:
· Trabajó como profesor en varios centros educativos, aunque sin obtener plaza de funcionario público hasta 1966, dos años antes de su muerte.

· Fundó la revista Cántico junto a otros poetas andaluces como Juan Bernier, Pablo García Baena y Mario López.

· En algunos de sus poemarios, se inspiró en el paganismo y compuso obras de exaltación del cuerpo y el deseo.

· Junto al cantaor Antonio Mairena, emprendió proyectos dentro del flamenco, como Primer Concurso Nacional de Cante Jondo en Córdoba o el ensayo 'Misterios del arte flamenco'.

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