Proyecto Atalaya

Manuel Castillo Navarro-Aguilera

Sevilla, 1930 - 2005

Sones para una nueva Sevilla

Compositor español de música clásica, nacido en el sevillano barrio de Nervión. Desde pequeño, mostró su interés por la música y se entretenía tocando melodías de oído con el piano de su hermana, pianista profesional. Comenzó sus estudios musicales en el colegio San Francisco de Paula con el maestro Antonio Pantión y en el conservatorio con el organista vasco Norberto Almandoz, que influiría notablemente en Castillo. Posteriormente, se trasladó al Conservatorio de Madrid, donde estudió piano con Antonio Lucas Moreno y composición con Conrado del Campo. En 1950, recibió el Premio Joaquín Turina por “su fina sensibilidad, limpio mecanismo y acentuada expresión”. Después viajó a París para perfeccionar sus conocimientos.

En 1954, comenzó en Sevilla su carrera como profesor de historia y estética de la música y como catedrático de piano. Escribiría muchas partituras religiosas, aunque de escasa trascendencia. Con la obra ‘Preludio, Diferencias y Tocata’ recibió el reconocimiento que lo llevaría a lo más alto del panorama nacional: el Premio Nacional de Música. Por su parte, fue elegido Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, donde participaría activamente en ponencias. Rehabilitó la vieja sede, inauguró su auditorio y amplió la plantilla y el instrumental conseguir uno de los mejores auditorios de España.

Fue nombrado Consejero Nacional de Educación y recibió numerosos premios entre los años sesenta y setenta, como el Primer Premio en el Concurso Provincial del Villancico Popular Andaluz o la Insignia de Oro de la Federación Internacional de Juventudes Musicales. Consiguió la cátedra de composición y orquestación, puesto que ocuparía hasta su jubilación. En 1976, la Casa Real le concedió la beca Reina Sofía y logró el III Premio de Composición Manuel de Falla. Ese mismo año, estrenó su ‘Concierto para piano y orquesta’ en el Festival de Música y Danza de Granada. Fue homenajeado por Radio Nacional de España y recibió el Arpa de Playa por su ‘Suite mediterránea’ al cumplir cincuenta años. Finalizó la orquestación de la ‘Sinfonía del Mar’ de Joaquín Turina y la Orquesta Camerata Academia del Mozarteum de Salzburgo estrenó ‘Cuatro cuadros de Murillo’, pieza donde se distingue el intimismo de su estilo y las relaciones que traza con el pasado.

Compuso la Música Oficial para Exposición Universal de Sevilla de 1992, estrenada en el Teatro Lope de Vega ante la presencia de la Reina Sofía. A finales de los ochenta y principios de los noventa fue honrado con el nombramiento de hijo predilecto de Andalucía, consiguió el Premio Andalucía de Música, el Premio Nacional de Música por segunda vez y dio nombre al Conservatorio Superior de Música de Sevilla.

Antes de su jubilación compone dos obras importantes: las Sinfonías nº 2 y 3 y ‘Poemas de luz’. A partir de ese momento, su salud se fue deteriorando paulatinamente. Su última obra fue el ‘Concierto Sacro Hispalense’, compuesta en 1998. Le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio de Música Española de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, entre otros galardones. Falleció en su domicilio del barrio de los Remedios, en noviembre de 2005.

En detalle:
· En sus primeras creaciones, puede vislumbrarse la influencia del nacionalismo y la música francesa, que dio paso a un estilo más intimista.

· Respecto a sus obras para piano y órgano, nos encontramos ante uno de los mejores repertorios escritos en la segunda mitad del siglo XX.

· La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través de la colección Documentos Sonoros del Patrimonio Musical de Andalucía, editó varios discos con su obra.

· Compuso una sola marcha procesional, titulada 'Reina de la Paz', que fue presentada al concurso que en 1980 organizó el Ayuntamiento de Sevilla.

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