Pintor de la mujer morena
Pintor simbolista español. Su estilo abarca desde el regionalismo de sus primeras obras hasta la estética del Modernismo y la Generación del 98. Es conocido por la conjugación del sentimiento popular y el folclore andalucista de su pintura, así como por su temática flamenca y taurina, con cierto tributo a la copla popular.
Julio era hijo de Rafael Romero Barros, pintor costumbrista y director del Museo de Bellas Artes de Córdoba. Vivía en la cordobesa plaza del Potro, junto a la Escuela de Arte y el Conservatorio de Música. Durante su formación, estudia en el Instituto Góngora y recibe clases de música y pintura y dibujo en la Escuela Provincial de Bellas Artes que dirige su padre, junto a sus hermanos Rafael y Enrique. En 1889, presentaría sus primeras obras: ‘Cabeza de árabe’ y ‘Tipo árabe a caballo’. Su influencia paterna se vería reflejada en sus cuadros, donde están presentes los paisajes y temas costumbristas.
Entre 1891 y 1912, colabora con el “almanaque” del Diario de Córdoba con sus dibujos, junto a sus hermanos. En 1893, publica por primera vez en la revista madrileña La Gran Vía, donde ilustrará poemas del cordobés Manuel Reina y el malagueño Salvador Rueda. Dos años más tarde, presentó ‘¡Mira qué bonita era!’ en la Exposición Nacional de Bellas Artes del Retiro en Madrid, que obtuvo mención honorífica y fue adquirida por el Estado. El fallecimiento de su padre provocó un revés en su familia, obligando a su hermano Enrique a regresar a Córdoba y ocupar la vacante de conservador y restaurador del Museo Provincial. En 1898 se inicia como cartelista, realizando el cartel de la Feria de Nuestra Señora de la Salud de su localidad natal.
Con su hermano Enrique, pinta un fresco en el Círculo de la Amistad titulado ‘Rosas en la balconada’. En 1899, contrae matrimonio con Francisco Pellicer, con quien tendría tres hijos. Años más tarde, es nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes y agregado de la Escuela Superior de Artes Industriales. En su viaje a Marruecos de 1903, Julio pinta obras de temática africana como ‘Calle de Tánger’. En Madrid asistiría a las sesiones de la Academia de poesía modernista, codeándose con los hermanos Machado, Pío Baroja o Pérez de Ayala. En la Exposición Nacional de Bellas Artes presenta tres obras: ‘Rosarillo’, ‘Aceituneras’ y ‘Horas de angustia’. Ese mismo año es nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba.
En 1903, el Círculo de la Amistad de Córdoba le propone seis telas para ilustrar el primitivo salón pequeño de la entidad. Romero de Torres realiza cinco grandes murales dedicados a la literatura, la música, la poesía, la escultura y el arte. La influencia modernista se ve claramente en cuadros como ‘Amor sagrado y amor profano’, ‘Retablo del amor’ o la trilogía compuesta por ‘Las dos sendas’, ‘El pecado’ y ‘La gracia’. En 1911, presenta ‘La Consagración de la copla’ y los retratos de Belmonte y de Pastora Imperio, así como su ‘Autorretrato’. De 1913, cabe destacar su ‘Poema de Córdoba’, compuesto por siete paneles que representan alegóricamente a la ciudad a través de algunos de sus personajes más ilustres.
Como profesor de dibujo antiguo y ropaje en la Real Academia de San Fernando de Madrid, Julio inicia una nueva etapa en su pintura desde 1920: la manierista. De esta época destacan ‘La muerte de Santa Inés’, ‘La Virgen de los Faroles’, ‘La chiquita piconera’, ‘Naranjas y limones’ y ‘Cante hondo’. El artista murió en su casa natal de Córdoba en 1930.