Proyecto Atalaya

Juan Valera

Cabra (Córdoba), 1824 – Madrid, 1905

Padre de ‘Pepita Jiménez’

Escritor, diplomático y político español. Hijo de un oficial de la Marina retirado y de la marquesa de la Paniega, estudió Lengua y Filosofía en el Seminario de Málaga y en el Colegio Sacromonte de Granada. Posteriormente, inició la carrera de Filosofía y Derecho en la Universidad granadina. Allí, colaboró en muchas ocasiones publicando en la revista Alhambra. En 1847, comenzó a ejercer como diplomático en Nápoles, junto al embajador y poeta Ángel de Saavedra, Duque de Rivas. Allí, residió durante dos años y medio, aprendiendo griego y entablando amistad con Lucía Paladí, marquesa de Bedmar, conocida como ‘La Dama Griega’ o ‘La Muerta’, quien le marcó profundamente. Después, viajó por buena parte de Europa y América.

En 1858, abandonó provisionalmente la diplomacia y se estableció en Madrid, donde inició su carrera política. Fue diputado por Archidona, oficial de la Secretaría de Estado, Subsecretario y Ministro de Instrucción Pública durante el reinado de Amadeo de Saboya. Fue director de distintos periódicos y revistas, fundo El Cócora y escribió en El Contemporáneo, Revista Española de Ambos Mundos, El Estado, La América, El Mundo Pintoresco, La Malva, La Esperanza, El Pensamiento Español y un largo etcétera. Compaginó su etapa política con la literatura y la crítica literaria. Aunque estaba enmarcado en la época del Romanticismo, nunca tuvo una personalidad romántica: era un epicúreo andaluz, culto e irónico.

El hispanista y literato Gerald Brenan asegura que fue el mejor crítico literario del siglo XIX, después del cántabro Menéndez Pelayo. Siempre se rigió por unos principios estéticos generales, de corte idealista. Tenía un amplia cultura y conocimiento de los clásicos grecolatinos y sabía idiomas como el francés, italiano, inglés y alemán. Era admirado por su talento para trazarla psicología de sus personajes, especialmente los femeninos. Cultivó géneros como el ensayo, el relato corto, la novela, la historia y la poesía. Fue admirado por escritores como Eugenio D’Ors y algunos modernistas. Valera fue quien dio a conocer a los españoles la interesante obra del nicaragüense Rubén Darío.

Sus principios ideológicos eran liberales y moderados, tolerantes y escépticos en lo religioso. La más famosa de sus novelas es ‘Pepita Jiménez’, que fue publicada inicialmente por entregas en la Revista de España y con la que vendió más de cien mil ejemplares. Hasta el compositor Isaac Albéniz se inspiró en su obra para crear una ópera del mismo nombre. Fundó la Revista Peninsular, publicación bilingüe en portugués y castellano que le dio cierto renombre como crítico literario.

Sus viajes por ciudades como San Petersburgo, Lisboa, Río de Janeiro, Washington o Viena fue plasmándolos en un epistolario, que fue publicado en España sin su consentimiento y que le molestó bastante. Fue especialmente importante su amor por la actriz francesa Magdalena Brohan. En 1867, se casó en París con la brasileña Dolores Delavat. Falleció en Madrid, el mes de abril de 1905, y fue y enterrado en el Cementerio de San Justo. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Cementerio de Cabra, su pueblo natal.

En detalle:
· Siempre mantuvo la idea de que la novela debía ser realista que su fin era la creación de la belleza, por lo que cuidaba mucho el estilo.

· En sus obras, las ideas fundamentales que aparecían eran los conflictos amorosos (entre hombres maduros y mujeres jóvenes) y religiosos.

· Junto a 'Pepita Jiménez', otras de sus novelas más destacadas son 'El comendador Mendoza', 'Doña Luz' y 'Juanita la Larga'.

· Su sobrino, el escultor de Marchena Lorenzo Coullaut Valera, realizó el monumento que se le dedicó en el Paseo de Recoletos de Madrid.

Newsletter

He leído y acepto el Aviso legal