Con su música a Aguilar
Músico, director y docente español, conocido por sus marchas procesionales y otras grandes obras de concierto. A lo largo de su amplia carrera, fue reconocido con innumerables premios y homenajes, entre los que se incluyen la medalla de la Ciudad de Aguilar de la Frontera. Cursó las carreras musicales de trombón; armonía; contrapunto y fuga y composición e instrumentación. Trabajó como profesor de armonía y composición en el Conservatorio de Córdoba y dirigió las bandas de música de Moriles, Huelma, Campillo de Arenas, Bélmez de la Moraleda y Aguilar de la Frontera, municipio donde residiría la mayor parte de su vida. Fue miembro ilustre del Cuerpo Nacional de Directores Civiles y autor de más de quinientas obras musicales, que abarcan desde grandes obras de concierto hasta marchas procesionales o villancicos navideños.
Entre sus cuarenta y dos marchas procesionales compuestas, algunas de las más célebres son: ‘Jesús Nazareno’, dedicada a la imagen homónima de Aguilar de la Frontera; ‘Santa María de la Salud’, dedicada en 1988 a la Virgen de la Salud de Málaga; ‘Sacramento’, marcha eucarística de 1988, y ‘Flor del Carmelo’, que fue su última marcha, dedicada en 2001 a la Virgen del Carmen del Santo Ángel de Sevilla.
Dentro de su repertorio, fue premiado con composiciones como ‘Linares, perla del sur’ (Primer Premio del Festival de Otoño de Radio Linares en 1960), ‘Vamos a adorarle’ (Primer Premio del Concurso Provincial de Córdoba en 1970), ‘Nana del Mesías’ (Primer Premio en el Concurso de Composición de Villancicos Polifónicos a Voces Iguales, organizado por la C.I.T.E de Córdoba en 1971) o ‘Qué pasa en Belén’ (Primer Premio del Concurso Nacional de Polifonía de Origen Culto de Madrid en 1973).
Desarrolló un extenso trabajo en las raíces y culturas musicales españolas antiguas y populares, como por ejemplo en el ámbito del cancionero sefardí o del cancionero clásico popular español con obras populares andaluzas, santanderinas o colombianas y fandanguillos flamencos. También escribió seis misas para coros, órganos y capillas musicales, así como motetes y canciones religiosas. En 1957, compuso el pasodoble titulado ‘Aguilar de la Frontera’, declarado un año más tarde por el Ayuntamiento como himno oficial de la ciudad. También dedicó sendas obras a los municipios donde había residido y dirigido sus bandas municipales: ‘Piropo a Moriles’, ‘Campillo de Arenas’ y ‘Moraleda’.
En 2001, poco antes de su fallecimiento, compuso ‘El Canto a Huelma’, que también se convertiría en el himno de este municipio. A su pueblo natal también ofreció ‘Sabrosa como la miel’, dedicada a su patrona, la Virgen de la Fuensanta. Sebastián fue muy querido allá por donde pasó. Fruto de ello, el centro cívico de Moriles lleva su nombre, así como la banda municipal de Aguilar de la Frontera y de Huelma, su pueblo natal.