El Pabellón del Futuro de la Expo 92 acogerá las más de 37 km. lineales de documentos
El Archivo General de Andalucía (AGA) fija su sede en uno de los edificios más emblemáticos de la Isla de la Cartuja: el Pabellón del Futuro de la Expo 92, una obra trazada por los arquitectos Oriol Bohigas, Josep Martorell y David Mackay.
Este enclave permitirá “dotar al Archivo General de una sede definitiva y adecuada, posibilitando que toda la documentación, distribuida hasta ahora en diferentes sedes, quede concentrada en una misma ubicación con mejores condiciones de accesibilidad y seguridad”, en palabras de Rogelio Velasco, consejero de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad.
Las obras de adecuación del edificio ya han finalizado, por lo que en breve se procederá al traslado de los fondos, que contiene buena parte de la memoria de la comunidad andaluza, incluyendo el proceso autonómico, así como otros documentos antiguos, públicos y privados, procedentes de linajes nobiliarios, empresas y particulares.
En total, 37 kilómetros lineales de documentos de papel, con más de 330.000 cajas de archivo, además de depósitos especiales para otros formatos como microfilmes o fotografías, más allá del formato electrónico.
La inversión de la Junta de Andalucía ha sido de 5,3 millones de euros, de los que la Consejería de Economía ha aportado 2,3 millones para las obras de adaptación del Pabellón mientras que la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico se ha hecho cargo de los tres millones restantes. Además, la actuación ha contado con la cofinanciación de Fondos FEDER.
El proyecto incluye una sala de consulta con 72 puestos y otra de trabajo en grupo, servicio de reprografía, taller de restauración, zona de administración y dirección, áreas de depósitos de documentos en papel (cajas normalizadas, planos, etcétera), de materiales especiales (fotografías, micro-filmes, soportes magnéticos, etcétera) y de tratamiento técnico.
El Pabellón del Futuro es uno de los edificios más reconocibles de la Isla de la Cartuja, gracias a su singular arcada, visible desde la orilla del casco histórico de Sevilla, la calle Torneo, y que proyecta unas atractivas estampas al atardecer.
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