Proyecto Atalaya

Niña de los Peines

Sevilla, 1890 – 1969

La ’emperaora’ del cante jondo

Pastora Pavón nació en el sevillano barrio de la Puerta Osario. Su familia era de profundas raíces flamencas; su hermano mayor, Arturo Pavón, era un excelente cantaor, que además fue yerno del gran Manolo Caracol. A los ochos años, Pastora se sube por primera vez en un escenario, contratada para una caseta de la Feria de Abril. En 1903, debuta en el Café del Brillante de Madrid, donde se consagraría como artista. De Madrid, se trasladó a Bilbao, donde actuaba en el Café de las Columnas. Allí posaría como modelo para el pintor vasco Ignacio Zuloaga. Luego recorrería otros cafés cantantes como el de La Marina, en Málaga, o el de La Primera, en Jerez.

Allá por 1910, la sevillana grabó sus primeros discos para la casa Zonophone. En los más importantes teatros de su ciudad, se codearía con maestros de la talla de Antonio Chacón. La prensa la reconoció como “la reina del cante flamenco”. Por aquellos años, también recorrería toda España con algunas compañías teatrales de ópera flamenca, obteniendo grandes éxitos en numerosas plazas de toros. Tuvo una hija con el cantaor Manuel Escacena, pero el gran amor de su vida fue el también cantaor sevillano Pepe Pinto, con quien se casaría y se trasladaría a Madrid, lugar donde se refugiaron durante la Guerra Civil.

Al finalizar la contienda, Pastora regresó a Sevilla para participar, junto a su marido, en la compañía de espectáculos de Concha Piquer junto a flamencos de la talla de La Macarrona, La Malena, Pericón de Cádiz o Melchor de Marchena. Al finalizar la gira con la tonadillera valenciana, decidió apartarse de los escenarios. Varios años más tarde, su marido crea el espectáculo ‘España y su cantaora’, que la devolvería a las tablas. La obra se estrenó en el Teatro San Fernando de Sevilla en 1949, cosechando un rotundo éxito. Pero la gira del mismo resultó ser un desastre, lo que le les llevó a la ruina.

Muchos fueron los homenajes ofrecidos a la cantaora. En 1968, cuando ya se encontraba muy enferma, se descubrió una estatua en su honor en la sevillana Alameda de Hércules, obra del escultor Antonio Illanes. Ni siquiera se enteró de la muerte de su esposo. Un año más tarde, fue enterrada junto a él en el Cementerio de San Fernando. La Junta de Andalucía declaró su obra discográfica como Bien de Interés Cultural y creó un premio con su nombre, que ha sido otorgado a altas personalidades del flamenco como Fosforito y Paco de Lucía.

Dentro de su faceta creadora, Pastora Pavón fue la cuna del cante por bamberas y de un tipo de petenera alargada. Igualmente imprimió su sello característico por bulerías, siendo capaz de grabar por este palo la tradicional canción mexicana ‘Cielito lindo’. También destacó por soleares, seguiriyas y por tangos, si bien ningún estilo se le escapaba a su gran voz.

En detalle:
· Era conocida como La Niña de los Peines gracias a unos tientos por tangos que solía interpretar, que decían: "Péinate tú con mis peines, que mis peines son de azúcar".

· Fue la primera cantaora moderna que consiguió ser aclamada por el pueblo, atrayendo la atención de poetas como Federico García Lorca.

· Grabó hasta doscientos cincuenta y ocho cantes diferentes en discos de pizarra entre 1910 y 1950.

· Durante su trayectoria, supo enlazar el cante del siglo XIX con la rompedora estética del siglo XXI.

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