La copla pinturera
Intérprete y tonadillero español, uno de los nombres masculinos más destacados en el mundo de la copla. Nacido en la capital de la Costa del Sol, convivió durante su infancia con su madre, su hermana y sus tías. Tras estudiar en un colegio de religiosos, marchó a Algeciras para trabajar de limpiador en un burdel. De adolescente, se dedicaba a hacer de guía de turistas y llevarlos a tablaos flamencos, haciendo también algunas intervenciones tras saber que tenía potencial para el mundo del espectáculo.
En 1931, decide dedicarse en cuerpo y alma a la música, lo que más le gustaba. Cosechó éxitos en ciudades como Madrid y, sobre todo, en Valencia. A Miguel le escribieron coplas tan conocidas como ‘La bien pagá’, ‘Triniá’ o ‘Te lo juro yo’. La personalidad de la voz y del vestuario, a veces extravagante, del malagueño lo convirtieron en uno de los pilares de la copla española y andaluza. Curiosamente, participó en la creación de la letra de ‘Ojos verdes’, que popularizaría Concha Piquer. Esta gran copla nació en un encuentro entre Rafael de León, Federico García Lorca y Miguel de Molina en el café ‘La Granja Oriente’ de Barcelona. Tras una profunda conversación, el poeta y letrista sevillano escribió en una servilleta algunas ideas que tendrían como inspiración el ‘Romance sonámbulo’ de Lorca.
El malagueño actuó en ocasiones para las tropas republicanas, pero, con la llegada de la dictadura franquista, el salario se vio reducido drásticamente, teniendo que aceptarlo para evitar ser acusado por su pasado del bando no vencedor. Finalmente, fue torturado y obligado a partir al exilio en 1942 por sus ideas y su orientación sexual. En Buenos Aires participaría en películas como ‘Luces de candilejas’ o ‘Esta es mi vida’. La Embajada de España en Argentina dictó una orden para que abandonase el país, lo que le llevó a viajar hacia México. Años más tarde, una llamada de la conocida Eva Perón hace que regrese al país de la Plata, donde se le ofrecerían numerosos contratos.
En 1958 actúa en el filme ‘Luces de candilejas’, grabado en Uruguay. Dos años más tarde, a los 52 años de edad, decide finalizar su carrera artística, fijando temporalmente su residencia en la ciudad de Nueva York. Como cantante, destacó por su honestidad, su eficiencia y profesionalidad en cada espectáculo en el que participaba, donde cuidaba todos los detalles, incluidos el marketing y la publicidad. En el exilio, concedió varias entrevistas a periodistas de medios españoles. En 1992, el Gobierno de España, presidido en aquel momento por Felipe González, le nombró caballero de la Orden de Isabel la Católica, reconociendo su contribución personal al mundo del arte. Falleció en Buenos Aires, a los 84 años, y enterrado en el cementerio de la Chacarita de Buenos Aires.