Proyecto Atalaya

María Zambrano

Vélez Málaga (Málaga), 1904 – Madrid, 1991

La mujer pensadora

Pensadora, filósofa y ensayista española. Su extensa obra, entre el compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio. Ya anciana, recibió los dos máximos galardones literarios concedidos en España: el Premio Príncipe de Asturias, en 1981, y el Premio Cervantes, en 1988. Nacida en el pueblo malagueño de Vélez Málaga, pasó su infancia en Madrid y Segovia debido al trabajo de profesor de su padre. Cursó sus estudios en la ciudad castellana, siendo únicamente ella y otra compañera las únicas chicas ilustradas.

En 1914, María publicó su primer artículo en la revista de antiguos alumnos del Instituto San Isidro en torno a Europa y la paz. Diez años más tarde, su familia se trasladó de nuevo a Madrid, donde se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1928 inició su doctorado e ingresó en la Federación Universitaria Escolar, colaborando en el periódico El Liberal. Fue nombrada profesora auxiliar de Zubiri en la cátedra de Historia de la Filosofía en la Universidad Central. En 1931, asistió a la proclamación de la Segunda República; le ofrecieron ser diputada en las Cortes por el Partido Socialista, pero lo rechazó.

Su cercanía profesional con José Ortega y Gasset le llevó a firmar el Manifiesto del Frente Español en 1932, cometiendo su peor error político, pues pronto se divisaron los tintes fascistas del mismo. A partir de ese momento, encauzó su inquietud política hacia el pensamiento, criticando el racionalismo y sus excesos, y proponiendo una razón alternativa e integradora: la razón poética. Hasta 1934, colaboró en varios círculos culturales que frecuentaba, ganando un puesto de excepción entre la intelectualidad política española.

En 1936 contrajo matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave. Zambrano colaboró en la defensa de la República desde el consejo de redacción de la revista Hora de España. En 1938 se trasladó con su familia a Barcelona, donde murió su padre. En 1939, tendría que encaminarse hacia el exilio en Francia. Tras una breve estancia en París, parte con su marido a México, donde fue nombrada profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia. En dicho país publicaría sus libros ‘Filosofía y poesía’ y ‘Pensamiento y poesía en la vida española’. Entre 1940 y 1945 trabajó con intensidad en seminarios y ciclos de conferencias o dictando lecciones y cursos en diversas instituciones cubanas y puertorriqueñas. La Segunda Guerra Mundial le impide reunirse con su madre y su hermana, que sobrevivían en el París ocupado por los nazis.

Los años cuarenta y cincuenta los pasaría con su hermana en La Habana, Roma y París y se divorcia de su marido. Entre un amplio conjunto de artículos, ensayos y libros y un espectro que se abre entre la historia trágica, la pintura y la razón poética, saldrán piezas maestras como ‘España, sueño y verdad’ o ‘La España de Galdós’. Tras ser expulsada de Roma, vivió en Francia hasta 1977. Allí concluiría ‘La tumba de Antígona’, ‘El hombre y lo divino’ o ‘Claros del bosque’.

Tras casi medio siglo de exilio, María Zambrano regresa a España en 1984. Fue nombrada hija predilecta de Andalucía y en su pueblo natal se constituyó la fundación que lleva su nombre. Tras su fallecimiento en Madrid, fue enterrada en el cementerio de Vélez Málaga, en 1991.

En detalle:
· Declarada republicana, le ofrecieron ser diputada en las Cortes por el Partido Socialista, pero lo rechazó.

· Su desencanto con la política la llevó a encauzar sus ideas a través del pensamiento filosófico y poético.

· Durante el exilio, escribió gran parte de su producción literaria y ensayística, destacando 'La España de Galdós' o 'La tumba de Antígona'.

· Tras casi medio siglo de exilio, ¡regresa a España en 1984, donde fue galardonada con los premios y distinciones más importantes a nivel regional y nacional.

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