Proyecto Atalaya

Manuel López-Quiroga

Sevilla, 1899 – Madrid, 1988

El músico de la copla

Pianista y compositor de cuplé y copla, además de ser uno de los componentes del consagrado trío de autores Quintero, León y Quiroga. A los ocho años, ya tocaba sevillanas y pasodobles al piano. Un organista se ofreció a enseñarle música; tres años más tarde, ya tocaba el órgano en la céntrica iglesia de los Jesuitas de Sevilla. Estudió el grado elemental de Magisterio y asistió también a las clases de dibujo y pintura en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Por vocación personal, estudió piano, armonía y composición en el conservatorio. Eduardo de Torres, que era en ese momento el maestro de capilla de la catedral de Sevilla, acabó de redondear su formación musical.

Con sólo veinte años, ya había estrenado tres zarzuelas: ‘El presagio rojo’, ‘La niña de los perros’ y ‘Sevilla, qué grande eres’. En 1929, se traslada a Madrid, donde seguiría tocando en teatros y cabarés mientras seguía componiendo. Pero, a pesar de sus pequeños éxitos, la música no le da para subsistir y debe recurrir a su oficio de grabador. Tras muchas horas de trabajo en su estudio y en los cafés cantantes de la capital, el maestro fue perfilando un nuevo estilo, la tonadilla, diferenciada de las canciones regionales, del cuplé y de la zarzuela, pero participando de todos ellos.

En 1931 conoce al poeta Rafael de León. La procedencia sevillana de ambos, unido a sus profundas raíces andaluzas, desembocó en una perfecta compenetración para componer. También se rodeó de otros letristas como Salvador Valverde o el jerezano Antonio Quintero. La naciente copla se va imponiendo en el panorama musical y, en 1933, el maestro Quiroga puede dejar definitivamente el grabado; funda una editorial de partituras y crea una academia, donde seleccionaba cantantes que aspiraban a la popularidad.

Sus melodías, junto a las letras de Quintero y León, definen prácticamente la canción de la posguerra española. Entre sus composiciones más populares destacan ‘Tatuaje’, ‘Rocío’, ‘La Parrala’, ‘María de la O’, ‘La Zarzamora’, ‘Ojos verdes’ y ‘Ay pena, penita, pena’. Fue autor de más de cinco mil composiciones musicales, muchas de las cuales llegaron a ser muy populares en la España de los años cuarenta y cincuenta. Nunca se olvidó de sus comienzos teatrales y realizó campañas de zarzuela y giras con figuras como Estrellita Castro, Imperio Argentina, Concha Piquer y Juanita Reina.

Fue nombrado Consejero de Honor de la Sociedad General de Autores de España en 1972. En 1986 le concedieron el título de hijo adoptivo de Madrid y la Sociedad General de Autores de España y el Ministerio de Cultura organizaron un gran homenaje en su honor. La Orquesta Nacional de España ofreció un concierto, en el Teatro Real de Madrid, con veintidós de sus más afamados temas, arreglados y orquestados por importantes músicos del momento. El maestro murió un mes antes de cumplir noventa años y fue enterrado en el madrileño Cementerio de la Almudena.

En detalle:
· Fue un niño prodigio: a los ocho años ya interpretabas sevillanas y pasodobles al piano; a los once, tocaba el órgano en la iglesia de los Jesuitas de Sevilla.

· Creó, junto al poeta Rafael de León, el género de la tonadilla.

· Escribió coplas a cantantes de la talla de Concha Piquer, Juanita Reina, Estrellita Castro, Manolo Caracol o Juanito Valderrama.

· También compuso marchas procesionales, dedicadas a imágenes como la Esperanza Macarena la Virgen de la Palma de Sevilla.

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