Edmond escenifica el viaje alegórico de un hombre en una sociedad que no comprende ni soporta, una sociedad que fomenta la desigualdad social y las diferencias étnicas.

En este viaje, articulado por Mamet como una alegoría en forma de fábula, matizada por la ironía, Edmond, despojado de su máscara, penetra en un territorio singular con un propósito concreto: liberarse de la excesiva rutina, la responsabilidad y el encorsetamiento de su vida. Como señala Dennis Carroll, estamos ante la “desintegración – esclarecimiento – reintegración” tes etapas que se corresponden con las tres fases del héroe mítico, un antihéroe: Edmond Burke; una personalidad compleja llena de resentimiento y frustración, recibe la llamada de la aventura, es puesto a prueba, sufre la iniciación, experimenta la apoteosis, y regresa de nuevo al mundo, habiendo perdido su anterior identidad sexual, social y racial.

Un recorrido por las estaciones sociales del purgatorio para llegar al infierno (pero con la seguridad de haber descubierto su verdadera personalidad) y es que Edmond, al igual que Edipo, sólo busca la verdad.